I
A estas horas me prometes los
límites
Un amigo, compañero de
tripulación y advenimientos
sabía que iba a “estallar
correctamente“;
minúsculo en trascendencia y
más real que sus letras
más atroz que los poemas
unidireccionales
sin boomerang ni brújulas
sin ejes redentores o en
equilibrio.
Ese amigo ignora que nuestro
viaje es imperecedero
y el próximo puerto
un verso definitivo y
mortal.
II
A estas horas me prometes los
límites
entre la orilla, el mar
y los naufragios de la
política
pero he navegado lo
suficiente en mi vida
para saber que ya no me
dictas
y estos versos o mis heces
valen más que tu mundo
nuevo y quimérico.
III
Las velas de mis pulmones
son motores del barquito de
periódicos
que navega demasiado tarde
en el futuro
escaso de observadores o
faros que guíen esta tripulación
perfectamente maquillada,
para el naufragio final.
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