jueves, 7 de noviembre de 2019

Tres Lunas Artificiales

Sobre los bordes de la nada

donde todo también es vida

tres lunas extra anida

esta mochila de adjetivos y diccionarios

sicario el tiempo

sin objetivo aparente escribo, sonrío

                                  sonrío, escribo

mi salario, a veces es tinta

tinto el vino que las almas beben

a diario, vago con mis lunas a cuestas

inoportunas, oscuras, conmigo dan vueltas

me enamoran, demoran últimas sílabas

silban cualquier estribillo

al dedillo

las canciones-pasos-laberinto conocen

lazos que unen portazos, despedidas

el verbo suicida en otro callejón

un montón de palabras muertas

faldas bandoleras, piratas

                    como arrabales, penumbras

con frecuencia siembras

y recoges frutos inciertos:

el deja vu de las lunas extras

                                     un gato tuerto

en el sueño perseguido

por perros que ladran, engreídos

a los ladrones de mis textos.

Y perdido otra vez me pierdo

muerdo la sed, bebo del hambre

calambre, vértigo dan los caminos olvidados

bélico, desenfadado, sale airoso el futuro

sin daños colaterales

y bien lejos, en vacías catedrales

cuando el silencio es más duro

alguien funámbulo desenfunda

tres lunas artificiales.

Y perdido otra vez me pierdo

muerdo la sed, bebo del hambre

calambre, vértigo dan los caminos olvidados

bélico, desenfadado, sale airoso el futuro

sin daños colaterales

y bien lejos, en vacías catedrales

cuando el silencio es más duro

alguien funámbulo desenfunda

tres lunas artificiales.


Síncope


When my brain wakes up


Y qué me darás

¿Y qué me darás?

un espacio poblado de fechas y nombres

una sombra 

alguna silueta en busca de paredes puertas

de fantasmas ligados al olvido

algún verbo dinamitado y consecuente

un átomo, una célula

alguna verdad indescifrable

el verde resplandor 

ausente en el otoño de mi verano

la vida que corre

y arriesga cada minuto.


Primavera del Bronx


Dilatarse

Abrir y cerrar una puerta

como lo hacen los labios menores, mayores o ambos

dilatar, dilatarse junto al tiempo

nunca fue tarea fácil

sobre todo para ti

que haces de la costumbre y el oficio

un mito de sábanas, historias

verbos siempre activos

que a diario acaban crucificados en la pared

con fithty-fithty de dolor y placer.

Abrirse y cerrarse con las puertas

es una sutil manera

de dinamitarnos lentamente.


El Equilibrio


miércoles, 6 de noviembre de 2019

Conversación con un inmortal

A José Julián Martí Pérez.

 

Hemos llegado aquí,

al destierro de razón y tolerancia

donde cada palabra es proyectil

embriaguez, alucinaciones

donde el viento es pasado

el futuro

un torbellino de botellas también alucinantes, turbias.

La última copa roza mi garganta

después

se largan los espasmos de una voz que imaginé viva,

lacerante en cada letra

única en intención.

Ahora, traduzco la noche en Patria

y acato las dos como abrigo

por si sobra libertad

o esclavos que la mientan al menos una vez.

Esta noche invariable (mente?) nos pertenece

a usted

por los recuerdos de una gran nación

a mí

por no ver el exilio

                                 como promesa de felicidad.

Hermano, ¿qué somos?

¿una nube, un índice, un himno,

la virtud de lo humano e imperecedero?

Hemos llegado aquí

porque lo deseó el tiempo, la memoria

somos parte del verbo que no actúa

de un ejército harapiento

de las manos que envilecen esta tierra

tan mía como suya.

Si saludo el amanecer, la moral

o la intensidad de este poema

es por la sangre que hierve en el tintero

la botella que anoche

embriagó conceptos, dudas;

antecedentes de la penúltima batalla

que de librarla con las armas

usted, habría conquistado el mundo.

 

Hermano, hemos llegado aquí

para nosotros, toda esperanza.


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