Casa Musical
Esta casa musical para dos sostenidos
venidos hasta el cansancio guarda
un silencio atroz que carcome invalida la voz
roe los cimientos familiares
peculiares las cortinas desteñidas
cuyas arañas todo saben, todo anidan
en nada se entrometen los azulejos del baño
daño hace recordar gemidos
los espejos inmortales vaticinan vacío
donde de antaño impío entró el deseo
veo, a través de la ventana
fuego en las colinas memoriales, mitológicas
y me quemo
y me quemo.
Horas amotinadas
La casa también es noche
broche de oro falso que sostiene
la ropa de alguna mujer furtiva
ella esquiva las esquinas que duelen
huelen a pasos omitidos los adoquines del patio
mecidos los mangos y aguacates
inundan el suelo, lo decoran
y vueltos cojines de colores que contrastan
con el gris de la ausencia
y la existencia solo existe
para recordar malas palabras
el abracadabra de borrar los buenos momentos
la casa también es un monumento
de horas ebrias y amotinadas.
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